Tal vez cuestión de química o conexión. La sensación de comodidad que abraza al alma y la condena a la unidad. A la rareza. A la libertad. La rudeza y la elegancia. La fuerza y la suavidad. Una verdad escondida entre sueños y estrellas disfrazadas de infinito. Y que el cariño multiplica, y que el amor puede atrapar. Amistad o amor. Confusión o seguridad. La plena comodidad que tiende a confundir, o asegurar.

"¿Su familia aprovechándose de su bisexualidad? Esto sí que a Viana no le gusta nada." TERMINADA °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° Un matrimonio por conveniencia. Una herencia. Una traición. Una decisión. Con 25 años el mayor miedo de Viana se vuelve realidad. Luego de años de escurrirse de las garras de su familia, todo lo que ha construido hasta ahora se desmorona. Está comprometida. Eso es lo único que sabe. Mia es heredera de las ambiciones de sus padres. Todas las exigencias, responsabilidades y la vida de los suyos han recaído sobre ella desde muy joven. Ella decidió aceptarlo y ser parte de esta vida de mafiosos, depredadores, de peligros... ¿Podrá ahora decidir qué cartas jugar en este nuevo juego que se avecina? Los futuros de Mia y Viana se entrelazan. ¿Qué razones habrían para luchar por su futuro juntas? °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° Esta obra está registrada bajo derechos de autor y Safe Creative. NO se acepta ningún tipo de adaptación, redistribución, edición, traducción, ni reproducción parcial o total de esta obra. Los derechos de autor corresponden 100% a la autora y se tomarán acciones legales ante cualquier infracción de ésta índole. ©All Rights Reserved

Una mafiosa descubre que no es tan fuerte como pensó al obsesionarse con ella. Angie Slovak mafiosa de procedencia Rusa, podrá con la neoyorquina Alice Morgan... lo averiguaremos.

Una mujer seria, independiente y mujeriega que obtiene todo lo que quiere, ¿Se imaginan una mujer así?... Yo no, ¿Por qué? Porque ella es mí jefa ¡Dios! no soporto a esa mujer, se cree la dueña del mundo cuando no lo es. Ylo peor de todo es que creo que me estoy enamorando de ella. [ No permito la adaptación, copia o plagio de está historia. ]

Catherine es una mujer solitaria, disfruta del café incluso cuando está frío y prefiere leer un buen libro antes que ser acompañada por alguien. Es profesora en un internado católico, aunque aquel internado era más para corregir la postura de los jóvenes ante la vida y que dejaran la rebeldía, que para enseñar algo referente a la religión. Ella era fría con todos los alumnos que entraban a ese lugar, pero un día todo cambió. Sara es una chica que comenzó a rebelarse poco a poco ante sus padres y claro, a ellos eso no les gustó, así que la enviaron a el internado "Redentor", sus primeras clases comenzaron con el pie derecho, pero un accidente con Catherine hizo que entre paredes se susurraran sus más grandes secretos y que las cosas paranormales las uniera cada día un poco mas

En la vida a veces tuve que aprender a las mala lo difícil que era tener libre albedrío incluso para hacer algo insignificante como tomar una decisión. Debí aprender cada cosa, cada pequeña y mínima cosa para llegar a ser grande. Pero jamás aprendí a mover aquellas grandes cosas que me hacían sentir pequeña como aquella azul mirada. Aquella azul mirada a la que jamás fui inmune, la que jamás aprendí a devisar, o ignorar. Aprendí a manejar todo, menos todo lo que me provocaba. Aprendí a controlar cada emoción, menos aquellas que ella me producía.

¿Qué estarías dispuesto a hacer por amor? Esa era una pregunta que Artemisa se formulaba todos los días al verla. ¿Qué está permitido hacer por amor? Esa pregunta se robaba los pensamientos de Minerva al estar con ella. Dicen que nadie escoje a su amor, nadie escoje el momento, ni la hora o el sitio, mucho menos la edad. Eso ambas lo tenían claro. Y aunque el tiempo fuera contado, tardarían toda una vida en olvidarse. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - #3 Lesbian 21.12.07 #1 profesora y alumna 10.06.19

Una de las cosas que más increíble me parecía de la vida, o tal vez del destino, era lo difícil y caprichosa que podía volverse. Me robaba sonrisas y me robó el motivo de ellas. Me entregaba tristeza y dolor, cuando estaba en máximo punto de felicidad y me hacía perder algo en mis victorias. Una lucha constante, contradictoria e interminable entre lo que yo quería y ella me entregaba. La mayoría de esas cosas tan impredecibles que me desestabilizaban de una manera indescriptible, y entre cosas estaba ella. Ella que apareció aquel día en esa mesa de la cafetería sin que yo lo esperara o lo viese venir. Ella con su imagen siempre confiada, con tanta seguridad que tumbó por completo la mía. Ella que perturbó mis movimientos con sólo aparecer. Ella y su estúpida forma de sentarse, firmar o respirar con la cual me hipnotizó y yo jamás lo vi venir. No me dio tiempo. No pude, ni supe reaccionar ante aquel acontecimiento que no esperaba. No esperé que mi vida cambiara de la forma en la lo hizo, jamás estuve preparada para el inminente y hermoso caos que se volvió mi realidad después de conocerla. Pero es lo más increíble de la vida, con sus inicios tontos y finales sorpresivos ¿No es así? El tener un día un giro inesperado que te atrape, te absorba y tu sólo puedas respirar, cerrar los ojos y en contra de cualquier pronóstico, dejarte llevar.