Trilogía Mío
2 stories
Mi huésped, Ayden (Mío #1)© DISPONIBLE EN LIBRERÍAS by leluMuzzi
leluMuzzi
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Disponible en físico por Nova Casa Editorial ❤️ Mackenzie Probbet solo quería alejarse, olvidar, volver a empezar de cero; sin burlas o cualquier tipo de abuso escolar como el que tuvo que vivir prácticamente toda su vida. Ella tan solo quería comenzar de nuevo, hacer amigos que no pudieran defraudarla y finalmente abrirse a la idea del amor. Pero su timidez y torpeza, además de las burlas dirigidas a ella durante los años, la hicieron creer que no era lo suficiente buena para los chicos, y que por ese motivo nadie se fijaba en ella. Excepto aquellos ojos que la perseguían por las noches. Hasta que un día, él apareció en su puerta, con esos ojos avellanas que tanto la cautivaron desde un primer momento. Llevando una gran mancha en su ropa. Sangre, espesa y roja. Ayden no sabía hacia donde corría, tan solo lo hacía sin rumbo alguno con la esperanza de alejarse de los demonios que lo perseguían. Apenas sentía los dolores, su cuerpo estaba en un estado de shock extremo a tal punto que era extraño que no sintiera los efectos de sus heridas. Hasta que vio aquella casa y por instinto tocó la puerta, casi sin fuerzas. Estaba debilitado y dudaba poder mantenerse aun en pie. Un ángel fue quien abrió la puerta, y tan solo fue la vista de sus ojos lo que hizo que las esperanzas por sobrevivir y verla de nuevo florecieran en su pecho. Sin embargo, su pasado lo atormentaba, y sabía que tarde o temprano, volvería a él toda la mierda que vivió durante su adolescencia. Y, aun así, quiso disfrutar cada minuto del amor que una persona como Mackenzie podía darle. Historia creada en 2015 Portada creada por Yamuna Designs #PremiosPerlados2017
Mi vecino, Jaxon (Mío #2) TERMINADA by leluMuzzi
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    Parts 38
La vida constantemente le arrebataba las cosas, la hacía miserable, y nunca le devolvía nada para recompensar la miseria y el dolor en el que vivía cada día. Su madre murió, no podía ir a la universidad, no podía trabajar, y era obligada a permanecer encerrada en su casa para seguir sufriendo abusos con tal de proteger a su pequeño hermanito. ¿Aquello era vida? Ella no había conocido la alegría del todo, lo recibía en una pequeña descarga cada vez que veía a la gente a su alrededor... pero ella misma nunca lo tuvo. Amaba a su hermanito, pero ninguno de los dos había conocido lo que era la verdadera felicidad. Habían fingido toda su vida. En la escuela, Trish Trainor había sido la marginada bonita, tímida y retraída, llevando ropa lo suficientemente holgada a pesar del calor solo para ocultar los daños que su cuerpo había sufrido a causa de su padre. Y solo fingía. Que todo estaba bien. Que todo iba a pasar. Pero con el pasar de los años todo seguía igual. Hasta que ella fue destrozada, y se vio obligada a escapar y llevar a su hermanito con ella. Jaxon Daniels vivió en la miseria. Sus padres habían gastado cada centavo que ganaban en drogas y alcohol desde que el hermano gemelo de Jaxon murió cuando tenían seis años, y nunca pudieron dejar el vicio. Desde ese momento, todo en la vida de Jaxon cambió para mal, poniéndole obstáculos que eran cada vez más difíciles de superar. Ahora, viviendo con su hermanita bajo su custodia, trabajando para conseguir todo lo que necesitaban para sobrevivir, era aún más difícil. Y lo único que podía pensar él es que... nunca iba a cambiar. Siempre vivirían en la miseria, ni un gramo de completa felicidad iban a encontrar en sus vidas. Pero ahí estaba Trish, un alma igual de desesperada, buscando ayuda. Y todo lo que pudo hacer Jaxon fue zambullirse en el laberinto, en busca de una salida de la miseria que llevaba en su alma rota.