Joana marcus
4 Geschichten
Tres meses von JoanaMarcus
Tres meses
JoanaMarcus
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TERCER LIBRO Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida. Sin embargo, algo cambió cuando conoció a Jenna, sus ojos castaños brillantes y su sonrisa tímida. Pero... tres meses no eran suficientes como para enamorarse de alguien, ¿no? Así que, ¿qué importaba si intentaba pasar más tiempo con ella del que le gustaría admitir? ¿Qué importaba si, después de todo, sí que era tiempo suficiente como para enamorarse? ¿Qué importaba si, por primera vez en su vida, daba a alguien la opción de romperle el corazón?
Tardes de otoño von JoanaMarcus
Tardes de otoño
JoanaMarcus
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¿Qué es lo peor que podía pasarle a la pobre Mara después de reencontrarse con el que fue el amor de su infancia ocho años después de la última vez que lo vio? Ah, sí. Que siguiera sintiendo cosas por él... y se negara a asumirlo por ser una testaruda. Suerte que Aiden era todavía más testarudo que ella.
La primera canción von JoanaMarcus
La primera canción
JoanaMarcus
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SEGUNDA PARTE DE 'LA ÚLTIMA NOTA', DISPONIBLE EN MI PERFIL Apenas sé nada de ella. Sé que le gusta la música. Sé que siempre lleva pulseras de viejos festivales. Sé que nunca me mira. Sé que se llama Jane. Y sé que no he dejado de pensar en ella desde que entró en mi tienda.
Las luces de febrero #4 von JoanaMarcus
Las luces de febrero #4
JoanaMarcus
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CUARTO LIBRO DE 'MESES A TU LADO' [Disponible en librerías a partir del 2 de noviembre] Todos los demás están disponibles en mi perfil. Para Ellie Ross, solo existían dos cosas en la vida: el baloncesto y el éxito. Si algo tenía claro era que, durante el verano, iba a formar parte del equipo de baloncesto de su ciudad. Tener que ir en contra de las normas y ser la primera chica del equipo no la detendría. Y es que hacerle el contrario a los demás no se le daba nada mal. De hecho, estaba acostumbrada a llevar el control en las discusiones y, sobre todo, a tener siempre la razón. Por eso, que el maldito Víctor se empeñara en quitársela no le gustaba mucho. ¿En serio tenía que aguantar estar en el mismo equipo que él? Dicen que del amor al odio hay solo un paso, pero nadie habla de que del odio al amor hay un camino lleno de baches y pelotazos en la cabeza. La suerte está echada. Que gane el más testarudo.