No son fics
2 stories
Una corte de sombras y sueños ― Azriel by hyeroses
hyeroses
  • WpView
    Reads 234,396
  • WpVote
    Votes 24,769
  • WpPart
    Parts 80
Brina es conocida en todo Prythian como 'la verdugo', una guerrera capaz de cortar las gargantas sus enemigos antes de que ellos sean capaces de notar su presencia. Es temida y respetada, pero sobre todo alabada, especialmente en lo que ella considera su hogar: Velaris, la ciudad de luz de estrellas. Pero antes de convertirse en la leyenda que es hoy, Brina era una simple huérfana rezagada a la que nadie quería. Tuvo que aprender a defenderse por su cuenta y a imponerse ante aquellos que la menospreciaban. Por supuesto, no lo hizo sola. Junto a dos bastardos y un mestizo, la temida verdugo vivió aventuras, luchó en guerras y, sobre todo, amo con pasión. ¿Quieres descubrir su historia? #GANADORAWattys2021
Mercucio amó a Teobaldo by MoonRabbit13
MoonRabbit13
  • WpView
    Reads 218,404
  • WpVote
    Votes 28,001
  • WpPart
    Parts 41
Antes que Romeo. Antes que Julieta. Otros dos se amaron. Un Capuleto de sangre y un Montesco de corazón. Un amor tan potente y tan prohibido que solo puede terminar en un trágico duelo. La bella Verona está infectada por algo peor que la peste: el odio entre dos familias. Y el honor que corre por sus venas y mancha los adoquines de la ciudad. Teobaldo Capuleto lo sabe muy bien. Desde su nacimiento le han inculcado el odio hacia los Montesco, aquellos monstruos que le arrebataron a su padre y a su hermano. Aquellos que ahora amenazan con arrebatarle a su prima Julieta, la luz de sus ojos. Mercucio ha intentado mantenerse alejado de la discordia entre las dos casas. De hecho, ha intentado mantenerse alejado de los conflictos de Verona y de su padrino, el príncipe de la ciudad, lo más que pudo. Pero sabe que no podrá huir por mucho tiempo, no cuando tiene una deuda que saldar con la familia Montesco. No cuando un Capuleto ha descubierto su más atesorado secreto. El final de esta antigua enemistad está cerca. Pero no acabará sin que antes se crucen las estrellas y las espadas de Teobaldo y Mercucio.