Manual para destruirse (y volver a construirse)
Madrugadas de insomnio me arrastran a un pozo sin fondo. Intento escapar de todo, huir de mí mismo, abandonar esta realidad. Me refugio en las palabras que me atrevo a juntar, me sanan más o menos bien, me mantienen a flote en mitad de esta tempestad. Bienvenido a los dominios de mi alma.