Chloe Esther Ross ama dibujar desde que tiene memoria. Le gusta dibujar porque siente que escapa de sus problemas, siente paz interior. También ama a su novio, porque ella ve galaxias en los ojos de él y él encuentra miles de mundos en los lunares de ella. Un día como cualquier otro, Chloe va saliendo de la universidad con sus mejores amigas, Paulie y Lucy cuando se atropellan. La suerte no estuvo con la pequeña Chloe. Chloe perdió su vista ese día. No puede volver a dibujar. Chloe decide romper con su novio porque sabe que lo único peor que ser ciega es tener una novia ciega. Pero él la ama y hará lo que sea posible e imposible para tenerla de vuelta.