¿Alguna vez has tenido miedo a la oscuridad? ¿A lo desconocido? ¿Has visto algo sobrenatural que no te lo puedes explicar? Creé en mi, lo sé. Sé que no estamos locos. La demencia es un estado de la cordura. Temes de tu mente más de lo real. Temes el poder que te puede dar y de todo lo que te puede causar el no controlar tus pensamientos. Mi madre decía que había que temerle más a los vivos que a los muertos. Pero la realidad es que los demonios se encuentran en nosotros mismos. Tu mente tiene el poder de darle vida a algo o matarlo. ¿Has oído hablar de los amigos imaginarios? Pues te contaré la historia del demonio de mi mente que se convirtió en mi amigo. O eso creía...

Molly Chapman había huido de su casa y ahora debía enfrentar las consecuencias. Pero no esperaba que entre las consecuencias estaría verse involucrada con uno de los grupos delictivos más buscados de Los Ángeles, mucho menos esperaba conocer a una persona por la que estaría dispuesta a hacer cosas inimaginables...

–Pero Jennifer... Ni si quiera lo conocías–. Le dijo el doctor Lean. –Pero sentía como si estuviéramos destinados a estar juntos–. contestó Jennifer sin titubear. Acomodó su larga cabellera sobre su hombro y volvío a recargarse en el respaldo de la silla. –¿Y crees que fue lo correcto?–. Dijo el doctor, después de anotar en su pequeña libreta unas cuantas notas. –No– respondió ella. –Nunca hacemos lo correcto. Somos humanos y nos equivocamos–. Tomó aire antes de continuar. Miró a la ventana intentando recordar, y su respuesta, pareció ser justo el recuerdo que trataba de encontrar. Con una pequeña y discreta sonrisa, terminó su oración. –Pero nosotros decidimos con quién queremos equivocarnos...–.