Digamos que esto no es un libro de poemas. Nunca sabré rimar, y las rimas son grietas. Esto es un homenaje a todos los versos perdidos en la pupila de las personas solitarias sentadas en las aceras mientras el mundo pasa por su lado. Al universo. A los corazones de cristal. A todos vosotros. Gracias.

Están lejos o a nuestro lado, amigas o desconocidas; todas las personas tienen historias (que pasan desapercibidas).

Cada copo de nieve es único y distinto de los demás. A pesar de esto, todos los copos de nieve están compuestos de lo mismo. Así pasa también con los amantes del invierno. Y muy de vez en cuando, dos de ellos se encuentran. Pero en esta historia no encontrarás a un solo amante del invierno, porque ellos tuvieron la suerte de estar en el lugar adecuado: la Universidad Rainside. Hace años, cinco de ellos se encontraron por casualidad, y sus caminos se unieron. Silver, Dean, Genevieve, Ed y Owen. Los cinco se complementan y se comprenden. ¿Quién diría que la chica de labios rojo cobrizo y vestidos de flores sería la próxima en unirse a ellos? [Esta es la historia de cómo enseñar a una flor a amar el invierno.]

Te quiero. Pero eso ya lo sabes a estas alturas.

Si nunca fuimos nada, ¿por qué las lágrimas adornan mi rostro en mis noches de insomnio?

Tú fuiste el que más me costó entender. Aún me pregunto si te llegué a conocer realmente.

Noële escribía a Will. Will escribía a Noële. Pero ninguno de los dos enviaba sus cartas.

Querido J: nunca hubo un nosotros. Aún así, te contaré nuestra historia. Una historia que para ti es desconocida.

❝Simples cartas de un simple chico enamorado.❞ arte: Casino por Joan Mitchell, 1956