Diario de un Pecador
Cada mañana era un infierno en vida, cada noche una pesadilla. Durante las tardes el único alivio que tenía, era su cuaderno lleno de sus propias poesías. Nadie le conocía, nadie le escuchaba, nadie le leía, pero aún así, agotaba cada tarde tanta tinta mientras el dolor permanecía. Conoce el relato de mi vida. ¿Qué g...