Me senté a la orilla de tu sonrisa como quien espera la pequeña ola para mojarse los pies. Me senté a la orilla de tu sonrisa y fue tan brillante que me empapé el alma y así mojada te pedí asilo Y me perdí en vos, en un paseo interminable sin la más mínima intención de conseguir un pasaje de vuelta. "Sos todos los solos de Gilmour en una noche estrellada" me dijiste. Mirá si no iba a correr a abrazarte Y entrar descalza pero temblando a ese mar que llevás puesto. Los instantes de felicidad son inmortales. Gracias a ellos somos capaces de ver la luz cuando todo está oscuro. Gracias a ellos recordamos lo que en verdad importa cuando todo lo que no, intenta persistir donde no tiene lugar. Al fin y al cabo, los instantes somos nosotros amando fuerte la vida. CinWololo