Durante el día de su segundo aniversario, una mujer narra el derrumbe de su matrimonio.

Cuando Eric regresa al pueblo tras la muerte de su padre, lo hace con la certeza de que necesita un cambio. El plan es simple: encargarse de la granja familiar, acompañar a su madre, reorganizar su vida. No esperaba encontrar allí a Hazel. Ella está a punto de graduarse del instituto, vive con sus padres en una granja cercana y pinta retratos por encargo. Él ya ha vivido demasiadas cosas, pero su mundo empieza a trastabillar frente a una mirada que no buscaba, gestos que dicen más de lo que debería y una presencia demasiado humana como para ignorarla.

Anne se ha suicidado y Alex se queda con la pregunta imposible : ¿Por qué? La búsqueda de respuestas lo arrastra a los rincones más oscuros de su memoria, dónde el amor que compartieron comienza a pudrirse entre la culpa, el silencio y las verdades que nunca se dijeron.

Saint Mary es un pueblo que reza a la nada. Bajo los rezos vacíos, una muchacha crece sin saber que su existencia carga el eco de promesas rotas entre cielo e infierno. Ángeles caídos, demonios traicionados y el propio aliento de la muerte se acercan a reclamarla, pues solo su sangre puede reabrir aquello que fue sellado. En Saint Mary, no hay salvación gratuita. Cada milagro exige un sacrificio. Y a veces, ni Dios está dispuesto a pagar el precio.