Please, Stay
Ya había perdido la cuenta de cuantas veces veía extrañas sombras en casa. Extrañas sombras que sólo se afiguraban a él. El de la sonrisa permanente y ojos examinadores. El de mis pesadillas y sueños en custodia. Él, el que me rompía el corazón y de repente lo pegaba. El de los sueños rotos.