El pelo suspenso en llamas. Los extremos de mis dedos ligeramente congelados. Los ojos teñidos en un distintivo color violeta. La mente colapsada con un torbellino repleto de ideas. Todos y cada uno de estos elementos forman parte de mi ser cuando se sumerge en el descontrol. Un descontrol capaz de arrasar con todo lo que se encuentra por el camino, pero que me libera del tenebroso pasado que me carcome. He intentado controlarlo con todas mis fuerzas, pero por algún motivo no puedo evitar sentirme en paz al encontrarlo. Los sucesos de los últimos meses se atropellan desordenados en mi cabeza. Las injusticias. Las muertes. Los secretos. Pero todo queda en segundo plano cuando recuerdo el color de sus ojos. Esos preciosos ojos café, capaces de quitarme el sueño y despertar cada centímetro de mi cuerpo.

Cuando Kayla White, una semi humana y la menor de su clan, asesina por error a un compañero de clases, no tiene más opción que hacer un trato con Mork Hodeskalle, un vampiro milenario y peligroso que tiene una sola cosa en mente: llevársela a la cama. *** Kayla White es aplicada y elegante, totalmente digna de llevar el apellido de su clan, una familia de vampiros considerados la realeza de la noche. Sin embargo, Kayla no es como el resto. Es la única semi humana conocida y aunque no se considera débil ni blanda, su abuelo no tiene mejor idea que encargarle al único vampiro al que ella ha temido desde pequeña que sea, prácticamente, su niñera. Cuando asesina por error a un compañero de universidad, Kayla tiene dos opciones: decirle a su familia que necesita ayuda para limpiar su desastre, o aceptar la propuesta de Mork Hodeskalle: él borrará todas las evidencias, a cambio de una noche con ella. Trilogía Hodeskalle: Libro 1 y Libro 2