Hay secretos que no mueren. Solo esperan. Silenciosos, pacientes... ocultos en mármol antiguo y pasillos que nunca olvidan. Ilvermorny, con sus muros de piedra y su historia marcada por pactos, guerras y sombras, ha resistido siglos. Pero jamás había presenciado algo como él. Nathaniel Vladasovich no es solo él director. Es el guardián de ese lugar, la ley que lo protege y la sombra que lo envuelve. Frío. Impecable. Intocable. Un príncipe que carga en silencio con el peso de un linaje del que nadie habla en voz alta. Un hombre que ha visto todo... salvo aquello que más teme recordar. En el inicio de un nuevo semestre, entre rostros desconocidos y la rutina de siempre, lo imposible ocurre: una mirada lo atraviesa. No con ira. Ni con amor. Sino con algo más peligroso: reconocimiento. Esa grieta en la máscara basta para despertar al pasado. Un pasado que no fue enterrado, sino apenas dormido. Un monstruo hecho de recuerdos, culpas y promesas rotas, dispuesto a abrir los ojos con una sonrisa demasiado familiar. Lo que parece ser una historia de inmortalidad y poder se transforma en algo más profundo: la lucha contra aquello que creíamos haber dejado atrás, y el descubrimiento de que a veces el mayor enemigo no está afuera, sino en lo que llevamos dentro.