Las palabras pueden ser dulces o crueles, sinceras o engañosas. Para Lea, siempre han sido un puente hacia los demás, una forma de construir conexiones y descubrir historias ocultas en los corazones ajenos. Para Noah, en cambio, las palabras son un arma de doble filo, algo que se usa con cautela porque las promesas pueden romperse y los sentimientos pueden traicionar. Cuando sus caminos se cruzan, Lea insiste en acercarse, mientras Noah se resiste. Ella quiere entenderlo, él teme confiar. Pero entre silencios incómodos y conversaciones inesperadas, ambos descubrirán que, a veces, el amor no necesita grandes declaraciones, sino las palabras justas en el momento adecuado. Porque hay historias que nacen del misterio, y amores que se construyen en palabras.