La muerte no es algo sencillo, y aun mas cuando nadie sabe que le paso a Molly. ¿Nuestra perdida? ¿Mi pérdida? ¿La perdida? -Molly esta muerta- decía Alan mientras recorría los pasillos de la universidad tratando de buscar como limpiarse las manos cubiertas de sangre. -La perra no respira- decía Ana entre ahogándose en sus lágrimas -¿Que va a pasar?¿Que le diremos a los profesores?- decía Lizbeth que empezaba a exagerar en su respiración -Cierren la boca y vámonos de aqui- dije mientras dejaba caer la pistola. -Estás arrestado por el homicidio de Molly Fatma Adams- decía el detective justo cuando arresto a la primer persona tratando de salvar un artefacto olvidado en la escena del crimen.

Ahora ya nadie puede estar seguro. Tras la muerte de Lizbeth, nuevas amenazas andan por las calles de Handville y la confianza entre los amigos poco a poco se convierte en rivalidad, mientras siguen pistas que los acercan a los verdaderos culpables. El confiar o el no confiar altera a cada uno, y más si la persona que mató a Lizbeth duerme entre ellos. La policía está cerca, las fiestas de fin de año hacen que las pistas se revelen por si solas, y las amenazas en la ciudad, rondan las calles de los culpables. Angel está seguro de que no es culpable de la muerte, pero duda un poco sobre Alan, quizá su memoria afecte algunos acontecimientos pasados, pero está seguro de que uno de sus amigos no amigos fue quien la mató.