El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad. Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad. Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.

El señor Erick Crowell sale de su despacho y entra a la sala de entretenimiento en busca de un solo objetivo: su hijo mayor. El cual localiza sentado en un sillón frente a la gran pantalla de la sala. -Alex- llama a su hijo con su voz demandante, este alza la vista respondiendo: -Estoy ocupado. - Solo quiero saber ¿Que quieres para tu cumpleaños veinticuatro?- Alex vuelve su vista a la gigantesca pantalla y comienza a cambiar de canales repetidas veces -Fácil, quiero una Virgen.- responde despreocupado como si fuera lo mas normal del mundo. Erick no puede ocultar su sorpresa a tal pedido. -¿No te basta con todas las Putas que tienes a tu disposición?-Alex, se levanta del sillón y camina hasta estar delante de su padre. -Ellas también complacen a mis hermanos. Quiero a una donde yo sea el único que pueda tocarla... quiero a alguien que sólo sea mía.- está mas que una respuesta: es una orden. Erick Crowell asiente diciendo: -Realizare un par de llamadas y obtendrás lo que quieres.