Cuando se es quien no sonríe genuinamente, la vida es bastante monocromática. Ayudar a crear sonrisas parece fácil, sin embargo, en el proceso se pierde la voz... Aunque, ¿qué pasaría si llega alguien o algo que te enseña como vivir? E incluso aún más importante ¿te ayuda a sacar a relucir tu voz? Las nubes para Miel Docane representan esa libertad de expresión, de movimiento, de vida. Las ve como su mejor compañera en esos días donde en su rostro solo hay sonrisas forzadas. Todo falso, nada real. Pero en todas las veces que miraba al cielo y se imaginaba figuras en las nubes, nunca llegó a pensar que una chica de ojos verdes la haría darse cuenta de que las nubes también tienen voz, solamente hay que buscarla. Entonces, en el caso de que las nubes tuviesen voz, ¿qué te impide a ti tener la tuya?

¿Y si tuvieras que fingir ser la novia del chico mas popular del instituto al que por cierto conoces de toda la vida? Esto mismo es lo que le pasa a Olivia cuando de repente su vida da un giro de 360 grados al verse envuelta en una mentira de la que no puede escapar. Pero ya sabéis lo que dicen: si una mentira te la repites mil veces, se acaba convirtiendo en verdad.