losserclub
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Jimin y Jungkook alguna vez creyeron que el amor podía salvarlos. Fueron jóvenes, fueron deseo, fueron eternidad prometida en la madera de un buró: "Te espero donde el sol nunca duerme."
Pero los años no tuvieron piedad. El matrimonio se volvió costumbre, la pasión un eco gastado, y lo que alguna vez ardió se transformó en ruinas. Una noche, sin aviso, el pasado volvió a encarnarse: el cuerpo joven de Jimin reapareció como un espejismo, reclamando lo que la vida les había robado. Entre jadeos, furia y ternura rota, ambos creyeron recuperar algo perdido.
Al amanecer, solo quedaba el silencio. El cuerpo estaba allí, tibio, pero el alma ya se había marchado. Porque a veces el amor no muere de golpe: se queda, como un cadáver abierto, ocupando espacio en la cama y en la memoria.
Ésta no es una historia de redención. Es la crónica de un amor que se negó a morir con dignidad. Y la pregunta que la atraviesa es tan cruel como inevitable: ¿qué duele más, que alguien se vaya... o que se quede vacío a tu lado?