RomanSallones
En las vastas salas de la reencarnación, donde el destino de cada ser se entrelaza, un ser divino, encargado de guiar las almas a sus nuevas vidas, se encontraba en un día más de trabajo. Su tarea, asignar a los mortales con karma negativo destinos miserables, se veía interrumpida por una oportunidad sin igual: el ascenso al rango de Creador. Para lograrlo, necesitaba al mortal perfecto, un peón en su gran juego.
Y entonces, el protagonista, con recuerdos borrosos y una indiferencia que ocultaba un profundo misterio, apareció. Sin preocuparse por su situación, recibió sus deseos, sellados con las inevitables maldiciones. Pero en esta nueva vida, tenía un plan: leer *manhwa* y mangas, los animes ya vendrían después. El multiverso era extenso, y no entendía por qué todos los trasmigradores se empeñaban en sobrepoblar los multiversos de Marvel o DC. Si bien eran asombrosos, él, para ser más versátil, comenzaría con uno de sus favoritos: *Latna Saga*. Después, seguiría con otro *manhwa*, posiblemente de cultivación. Siempre le habían molestado los rangos interminables de los inmortales taoístas. Él llegaría y les metería el Dao inmortal por el culo, así dejarían de molestar. Después, iría por las dulces bellezas de jade. ¡BROUUUMMM, qué rico, gloria! Pero, antes de imaginar el futuro, debía concentrarse en lo inmediato: matar a ese dios del caos, Ormphlaus. Se convirtió en un personaje más de su manhwa favorito de cazadores, cayendo en el mundo tutorial, a la espera del protagonista de este mundo. Su misión: establecer la influencia de su dios, ganar creyentes y aumentar su poder, mientras se movía a través de los mundos, absorbiendo las energías únicas de cada uno.
Pero a medida que avanzaba, una niebla en su mente comenzó a disiparse. La claridad mental regresaba, y con ella, la comprensión de sus acciones. Se vio obligado a enfrentar el caos de la reencarnación que lo había arrastrado a este juego, buscando desesperadamen