un vicio que me duele | aristemo
Han pasado quince años desde que Temo López dejó a Ari Córcega parado en un aeropuerto y nunca lo volvió a ver. Esos quince años le han traído riqueza y estabilidad a Ari; todo lo que su niñez no le había proporcionado. Él es feliz. No necesita nada. Eso está a punto de cambiar.