Marieloz
Tengo que correr, no puedo parar, no puedo pensar, no quiero recordar. Lo perdí todo.
Solo me queda mi lobo, mi plata, la magia y la tierra.
Los arboles me advierten, el aire susurra peligro, el cielo se nubla, los insectos callan.
-Demonios-
una bala de plata rozo mi muslo, otra mi hombro, luego una lluvia imparable de balas, no puedo esquivarlas todas.
Arde como los mil infiernos, la sangre no puede quedar dentro de mi, tengo agujeros de bala por doquier, mi visión se oscurece, no puedo mas. Tropiezo y caigo. Me atrapan y la oscuridad me consuela en sus viciosos y largos dedos. No mas dolor. No mas nada. Solo el consuelo de la fría oscuridad que me abraza