¿Confiaban el uno en el otro? Sí. ¿Solo se tenían el uno al otro? Correcto. ¿Se amaban? Por supuesto. ¿Entonces...? ¿Porqué se olvidaron? *** Las cosas nunca han marchado bien, no para ambos. Brian y Brenda, dos niños huérfanos que se vieron obligados a vivir gran parte de su niñez y adolescencia en orfanatos de bajo presupuesto en donde reinaba el dolor y la miseria, fueron destinados a encontrarse y vivir juntos en toda aquella red de sufrimiento. Lo único positivo. Su amistad. Su compañía. Su amor. Todo aquello; hasta que Brenda se fue y Brian perdió color, sólo fue oscuridad. Y justo ahora, en el presente. Brenda: Dejó todo atrás, sin saber, que el pasado avanza y la alcanza. Brian: No le interesa su pasado y mucho menos quien venga con él. Dos almas torturadas que al fin de cuentas, encuentran alivio sólo estando cerca. ###### Tercera entrega de la trilogía ( Amores que curan )

Tanía no ha tenido una vida fácil, pero tampoco se queja, simplemente se deja llevar, fluye y deja fluir todo a su alrededor. Pero para estar siempre bien, estableció un par de reglas, para ser más exactos. Cuatro. -Primera: Siempre verle el lado positivo a todo. -Segunda: Ser sincera. -Tercera: No guardar rencor. Ok, reglas fáciles, nada del otro mundo, si se quiere paz y tranquilidad, se debe pagar un pequeño precio. ¿El problema? La cuarta regla, la última pero no menos importante... - Nunca, jamás, por ningún extraño motivo, enamorarse de Blake Gibson Sus ojos verdes y sonrisa arrogante, solo informan algo: Problemas. **** Segunda entrega de la serie (Amores que curan)

|Borrador, contiene errores ortográficos | Isabella Gibson, es la típica adolescente presumida, odiosa, orgullosa y llena de dinero, que asiste a la preparatoria de Verchis, en el estado de Vinencia. La chica de diecisiete años tiene todo lo que cualquier adolescente quisiera tener, una vida llena de lujos, tantos... Que todo parece girar alrededor de la pelirroja, cuya única importancia en esta vida, es sí misma. Pero como siempre, todos tenemos secretos en la vida que nos hacen ser lo que somos, y con Isabella no es muy distinto. Su pasado y parte del presente están repletos de recuerdos y cicatrices que no la dejan avanzar y ser alguien diferente de lo que es, pero entonces... En ese punto, cuando su vida está casi llegando al colapso y destrucción total, ella se verá envuelta por un atractivo, travieso y paciente chico mayor, quien estará dispuesto a enseñarle el arte de amar y el destino de soñar; todo aquello, será con una única y exclusiva advertencia. Él no está para juegos de adolescentes. Ian Hank, no juega y si lo hace... Él gana.