La vida de Riley Fisher es un pastel a medio hornear. Su pasión por la gastronomía, especialmente los postres, es el único ingrediente que le da sabor a su existencia. Sin embargo, la traición de su novio, apodado "la rata", le deja un sabor amargo difícil de olvidar. Su prima Camila, con la intención de sacarla de ese pozo de tristeza, le sugiere participar en un voluntariado con personas con discapacidad. Allí, Riley se encuentra con un desafío inesperado: cuidar al segundo hijo de la familia billonaria Wolmer, apodado "La astilla sorda y necia", un joven adinerado y cascarrabias que fingió su muerte para toda la sociedad. A medida que Riley se adentra en este nuevo mundo, deberá enfrentar sus propios retos y descubrir si es capaz de encontrar la dulzura en medio del dolor y la adversidad.