En un mundo donde todo gira entorno a chicos que van detrás de chicas y viceversa, Ruby Castle jura no encajar en esto, tal vez porque ella vea a todas como grandes zorras y a todos como patanes mujeriegos, así que decidió jamás enamorarse. Obviamente alguien debía llegar a su corazón en algún momento de su vida pero las cosas se salen de control cuando ella acepta a su primer amor. Quizá ella no fue hecha para estas cosas. Si el amor no se le priva a nadie, pues Ruby es nadie.

"Por Dios, _____. No me hagas elegir. Porque la única razón por la que soporto toda esta mierda, es por ti. - Su respiración se volvió pesada e irregular, sus puños estaban apretados a cada lado de su cuerpo. Me había gritado muchas veces, pero jamás para decirme cosas así. Estaba sin aliento. El aire se había ido de mis pulmones, Mi corazón había dado un vuelco. Me miró a los ojos, y acortó la distancia entre nosotros, acunó mi cara entre sus manos, y pegó mi frente a la suya - Tú eres la única razón - Susurró".

"Lo único que recuerdo es que nos amábamos. Que habría dado mi vida las veces que hubiera hecho falta por tan solo verla sonreír. Que todo se resumía en ella. Que ella se resumía en todo. La extraño, realmente lo hago. Cada día más. Cada día está más lejos. Me pregunto si me ha olvidado, si recuerda mi nombre y sonríe. La extraño como nunca he extrañado a alguien. Me duele por dentro. La necesito conmigo como antes. La amo cada día más que el anterior."

Ni si quiera me di cuenta cuando pasó, pero de repente no podía esperar a que llegara la tarde para salir y encontrarmelo, me ponía nerviosa si lo tenía cerca, pensaba en él más de la cuenta y los celos se apoderaban de mi cuando le veía con otra chica. Y por eso estaba en un gran problema, teniendo que elegir entre el amor y la amistad.