thepriestesofthemoon
Entonces, al chico nuevo lo mandan a rectificar su documentación. Él está un poco confundido y se pierde en la escuela. Se encuentra con un edificio grande, supone que el salón de actos. Se acerca a uno de sus ventanales para corroborar dado que la luz del sol hacía que los vidrios hicieran de espejo. Él se acercó y unió las manos por encima de sus ojos para hacer sombra. De cara pegada al vidrio miró hacia adentro y allí lo vio. Un chico de pelo azul cielo estaba sentado sobre el escenario. Sus piernas estaban separadas y sobre la madera tomaban volumen haciendo que la tela del pantalón se ajustara a los muslos con pocos pliegues de por medio. Una de sus manos estaban detrás de su espalda mientras la otra hacía un gesto con un dedo. Y Hyunjin, sabiendose corto de tiempo, intentó ignorar aquello, abrir la puerta del salón e ingresar. Él vio allí a otro chico posicionandose entre las piernas del peliazul y se quedó quieto. El chico del escenario notó aquello, levantó la comisura sólo del lado derecho de su boca y humedeció los labios con su lengua antes de hablar. "Oye chico" Hyunjin posó la mirada en sus ojos. El peliazul levantó una mano y aflojó su corbata. "No le digas a nadie que estamos aquí". Dicho esto, desprendió el primer botón de su camisa. Hyunjin no se movió. Él se quedó observando al chico y como este no le soltaba la mirada.
Hacía calor pero no lo suficiente para justificar como las manos de Hyunjin que aún sostenían sus papeles, empezaron a sudar y su cara se puso caliente. El chico de espaldas giró para verlo y lo observó. No había amenaza en sus ojos, sólo curiosidad.
"O es que a caso prefieres unirte?" Volvió a hablar el peliazul con su voz profunda y su sonrisa socarrona. Hyunjin apretó los papeles que llevaba en la mano, apartó la vista y retomó su camino. Bajó la cabeza y acomodo sus lentes, entendiendo lo que le había pasado. Él deseaba algo de una forma pero pronto entendería que tendría lo que