ItsTik_222
El mundo sería más fácil de vivir sin colores.
Sin luchar.
Sin sueños que duelan.
Adam descubre que el mundo de los colores es tan doloroso que, a veces, preferiría vivir sin ellos.
Pero también es tan intrigante que, cuando los colores se apagan, lo único que queda es el vacío.
Fue condicionado a luchar por deber y por un destino que no escogió, pero tal vez pueda acostumbrarse al final.
¿Es prudente que niños menores de diez años controlen un poder así?