Mi Pequeño Infierno † ©
Me encerré en uno de los cubículos del baño, saqué una navaja de mi mochila y la lancé en el suelo. Empecé a hacerme cortes, los más profundos que podía, mientras lágrimas caían, dándome a probar de su salado sabor. Mis muñecas sangraban, lentamente iba perdiendo la noción del tiempo y espacio. Sentía que mi alma iba...