Solo ocho letras
Liv Johnson no se considera la favorita de Dios. Tuvo mala suerte con sus amistades y con su ex. Eso sin olvidar a ese monitor asqueroso que nunca le escribió después de que ella le diera su número. Pero Liv se deja fluir. Ella no se agobia. Todo superado. Sin rencores. Total, ni que le importara lo más mínimo ese...