univers1012N
En la preparatoria, hay pocas cosas tan constantes como la sonrisa de Sebastián González. Todos lo conocen, todos confían en él. Siempre está rodeado de risas, conversaciones animadas y gestos de camaradería. Es el tipo de persona que nunca pasa desapercibida, el amigo que siempre está ahí para ofrecer una palabra amable o una broma en el momento adecuado.
Pero nadie mira más allá de esa sonrisa.
Sebastián González siempre ha sido diferente, y él lo sabe. No solo por su carisma, que lo convierte en el chico respetable y bondadoso, ni por su actitud despreocupada que lo hace parecer imperturbable ante los problemas que a otros agobiarían. Es algo más profundo. Sebastián cree que su visión del mundo está un paso por delante de los demás, como si él fuera capaz de ver las piezas que nadie más puede. Su conducta, por momentos errática, solo refuerza esa idea en su mente. Él se ve a sí mismo como alguien que entiende cómo funciona la vida en un nivel que otros simplemente no alcanzan. Para él, es un maestro del engaño, de la manipulación, y está convencido de que su conocimiento va más allá del común de sus compañeros. Siempre con las mismas tardías y con las mismas escusas sin sentido que siempre dejan a más de uno en silencio, él siempre llega cansado o con actitud chistosa ocultando una ira violenta y comportamiento sensato, junto con sus amigos que no conocían sus oscuros asuntos y sus problemas, aunque ellos siempre veían algo que de verdad no era del todo ''normal'', sus amigos eran; Diego Hernández uno de los más pequeños del grupo y el más atento a todo, no siempre tenía tiempo de tomarse algo con chiste, si no con seriedad suyo; Andy Vargas, era el alto del grupo junto con Sebastián, él era muy inteligente igual que Sebastián, pero aunque era uno de los más inteligentes e intrépidos en sus asuntos era el ¨más distraído¨, , siempre llegaba apunto, antes que todos, antes de las clases: Charly Pérez,