"Zendia conocía las reglas que debía cumplir para que nadie descubriera su naturaleza. Lo sabía desde los seis años y, en dos décadas de vida, jamás las había quebrantado. No hasta aquel día." Durante los últimos ocho años, la vida de los nyotanos en Agbara ha sido marcada por el temor. La Señal de Nyota en sus cuellos no solo les concede habilidades extraordinarias, sino que también los convierte en el principal blanco del reino enemigo. Un injerto de piel es lo único que protege a Zendia de ser una más en la creciente cifra de desapariciones; y también la razón por la cual debe mentir a Ike y Myri, sus mejores amigos. Fingir ser otra persona la ha mantenido a salvo desde su infancia, pero un mínimo error bastará para echar su seguridad a la basura. Solo cuando se vea forzada a alejarse de sus seres queridos, descubrirá el verdadero precio de conseguir la libertad que tanto ansía. Y será más alto de lo que imaginaba. © Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor de Argentina.

Si no tenía el bebé sería considerada una asesina, pero si lo tenía sería una suicida. *** Ninguna persona debería verse obligada a tener un hijo que no quiere, eso es lo que le había dicho su novio. Lina hubiera abortado. ¿Pero cómo? Iba a ser un monstruo, una asesina; su familia se lo recordaba a cada momento. Ese bebé sería una bendición, una responsabilidad... un castigo.