Cuando el amor de Sam hacia Beck se convirtio en obsesión, su reencuentro fue un torbellino de emociones, una segunda oportunidad que parecía sacada de un sueño. Después de un tiempo de ausencia, ella regresó a su vida, radiante y misteriosa, como si nunca se hubiera ido. Su amor floreció de nuevo, intenso y apasionado, pero con una sombra de inquietud que se cernía sobre ellos. Beck tenía una peculiaridad: cada noche, a las seis en punto, debía marcharse sin dar explicaciones. Sam, desconcertado pero enamorado, aceptaba esta extraña rutina, convencido de que su amor podría superar cualquier obstáculo. Pero la curiosidad y la sospecha comenzaron a corroer su confianza. ¿Qué secretos ocultaba Beck? ¿Por qué esa obsesión con la hora? Si quieres saber las respuestas a estas preguntas, el libro te espera.