Cuando los villanos pierden
Ochako Uraraka no podia realmente seguir adelante. Había algo que la consumía, algo que crecía, algo que no distinguía si era bueno o malo... Estaba ahí, su sangre compartida, acompañandola, atormendandola. Pero Katsuki Bakugou también estaba ahí, y podía ser (salvadoramente) muy ruidoso... Tanto como para acallar...