Alexander Quintana: El diario de un chico roto
Mi respiración se aceleraba. Comencé a dar vueltas cada vez más rápido; intentaba aferrarme a algo, pero nada, no había ni un solo lugar del cual sujetarse. ---¿I-Imran? N-no puedo r-respirar ---dije con el escaso oxígeno que me quedaba. La Tierra cada vez se acercaba más, los minutos fueron eternos y de pront...
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