Corazón Mutilado ©
-¡Corre, Amira! ¡Corre! Era todo lo que mis oídos escuchaban al son de mis pisadas. El bosque era frío y nebuloso, apenas podía ver hacia donde corrían mis pies. El cielo estaba teñido de gris y el viento que golpeaba mi rostro con dureza, era como un pedazo de hielo sobre mi piel tibia; me quemaba como si fuera ardi...