Vyrril Ryng sabe que es descendiente de hechiceros y su sola presencia es un crimen en el continente de Myrrot. Por esta razón siempre le tocó viajar y esconderse junto con su tía Elara, pues nadie podía descubrir el poder que habitaba en su interior: podía convertirse en un gigantesco lobo negro. Cierto día, la ciudad en donde vivían, Willport, es atacada y destruída por los hombres del rey. En un intento de asegurar que Vyrril sobreviva, Elara se sacrifica. Ahora Vyrril debe escapar y encontrar la manera de mantener su poder oculto hasta que pueda controlarlo. Kamaria Händ es la hija bastarda del rey de Isander, Sigurd Händ, y como tal debe vivir a las sombras de su padre, en especial considerando su origen hechicero. No obstante, la ausencia de un hijo legítimo del señor le ha permitido permanecer en la corte, aunque sabe que eso no se traduce como el afecto de su padre. Por eso no le sorprende cuando este toma la decisión de sacrificarla a cambio de encontrar al nuevo Guardián del Bosque. En un intento de salvar su vida, la joven bastarda escapa y va por la pista del único grupo que podría recibirla: el clan de los hechiceros. Tanto Vyrril como Kamaria deberán enfrentarse a sus más oscuros demonios en las profundidades del bosque, en donde no solo aprenderán más sobre los poderes que cada una posee, también deberán descubrir el liderazgo que se oculta en su interior y que hará de ellas las dos piezas fundamentales para la Gran Guerra que definirá el futuro de toda la tierra de Myrrot.

Las desapariciones y asesinatos comenzaron en Grondheil. La Zash, consciente del estado crítico en el que se encuentran los mortales, ha convocado a Elisse, Gideon, Nara, Ross y Demi para que abandonen la seguridad de la Academia Narmond y del Marwoll, y suban a las tierras superiores (Ewigmor) en donde deberán investigar qué es lo que ocurre en aquel pueblo y confirmar si, efectivamente, es culpa de los vampiros de la región o si, por el contrario, hay un enemigo mayor.