No es otra historia de amor
Crucé la puerta y en cuanto lo vi, supe que ya no había vuelta atrás. Nuestras miradas se encontraron y como si de cupido se tratase, me flechó. Le entregué mi corazón sin saber su nombre, y si, hablo de él. El chico que me enseñó la deliciosa fantasía que llamamos amor...