-¡Detente! Daryl Dixon apuntó su ballesta en la dirección del sonido y la chica alzó las manos, girandose lentamente para encararlo. Alrededor de ellos había al menos una treintena de caminantes tirados en la carretera compartiendo una característica en común: la cabeza partida como una calabaza. La causante estaba en pie a un par de metros de Daryl, después de haber robado la granja de los Greene mientras todos dormían. Su única arma consistía en un bate de metal abollado. Llevaba un delgado vestido de flores poco arriba de la rodilla, botas ligeras y una chaqueta anudada alrededor de la cintura. Con su cabello lacio del color de la miel, sus labios carnosos y sus ojos azules, era la chica más guapa que Daryl Dixon jamás hubiera visto, aún en las películas, las revistas para adultos de Merle y los comerciales de la televisión, aún cubierta de restos de muerto y moretones, aún con las botas llenas de barro y el vestido salpicado de líquidos de dudosa procedencia. -Debiste pensarlo mejor antes de meterte con nosotros, niñita. -¿Pensar?- la chica ladeó la cabeza -Tengo diecinueve años, no pienso nunca las cosas.

un día normal antes de ir a la universidad un autobús me arrollo, y ahora mi vida va a cambiar, acabando en el mundo de naruto donde con habilidades de hipnosis y posesión me are con las chicas mas lindas de naruto y algunas extras pero no me sera tan fácil