Amantes desde la infancia, Gi-hun e In-ho son jóvenes lobos enamorados, pero cuando son convocados por el ejército, Hwang parte hacia la guerra contra los media raza, quienes luchan en busca del poder de Corea, dejando atrás a su omega sin una marca y con un cachorro en su vientre. Desconociendo el embarazo de Gi-hun, In-ho es mantenido en prisión por cinco años, y, cuando es liberado, se sorprende al encontrar a su omega viviendo entre sus enemigos naturales, enlazado, casado y con un cachorro en sus brazos. In-ho pronto reconoce los hoyuelos en las mejillas del niño y el olor que había sentido por última vez en su pareja, entonces, de forma primitiva, siguiendo la antigua ley de los lobos, el alfa desea reivindicar a su cachorro y omega.

In-ho era, para muchos, un enigma con piernas largas y una sonrisa peligrosa. El alma de cada fiesta, capaz de encender el ambiente con un simple chiste. Tenía esa clase de encanto natural que hacía que las chicas lo siguieran con los ojos y se rieran de cosas que, en boca de cualquier otro, sonarían absurdas. Peleador de MMA en sus ratos libres, sosteniendo la disciplina y adrenalina en el mismo cuerpo. Pero en la escuela, frente a los maestros y, sobre todo, delante de sus padres, era otro. El hijo ejemplar, el alumno aplicado, el chico que levantaba la mano con respuestas siempre correctas y que recibía elogios por su responsabilidad. Era querido por todos. Su doble vida era un secreto tan bien cuidado que parecía natural. Gi-hun, en cambio, nunca supo fingir. Tenía problemas con las matemáticas desde el primer año y sus notas eran el reflejo de un esfuerzo que nunca alcanzaba. Los números lo atormentaban, los problemas de física eran un muro que no podía escalar. Pero nada de eso le importaba demasiado, porque su mundo giraba alrededor de otra cosa: la música. Con una guitarra colgando al hombro y callos en las yemas de los dedos, Gi-hun soñaba con formar una banda, con subirse a un escenario y perderse en los acordes. Era su única meta clara, el fuego que lo empujaba a seguir adelante aunque todo lo demás se le escapara de las manos. Lo curioso era que ambos habían caminado por los mismos pasillos durante toda su vida. Desde el jardín de infantes hasta la secundaria, compartieron clases, patios y recreos. Pero nunca cruzaron palabra. Eran dos planetas girado en la misma órbita sin tocarse, cada uno demasiado ocupado en su propio universo. Hasta que un pequeño accidente (de esos que parecen insignificantes al inicio) y un proyecto escolar para el fin de año cambiarían esa distancia. El destino, caprichoso, los obligaría a mirarse, a descubrirse, y a compartir algo más que los corredores de la escuela.

Porque In-Ho esta destinado a encontrarse con Gi-Hun en cada vida. Una colección de one-shots con diversas tramas con esta pareja como protagonista. Una historia por día durante todo el mes de octubre. •El fanart de la portada no me pertenece, créditos a quien corresponda•

Inho, un caníbal que oculta su monstruosidad tras la imagen de un exitoso empresario multimillonario, lleva una vida de lujo y poder. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Gihun, un chico pobre que despierta en él una obsesión instantánea. El monstruo dentro de Inho se enamora perdidamente de Gihun, le dice que ese chico debe ser suyo a toda costa, el único al que le dedique esas dulces sonrisas. ¿El amor y la obsesión lo llevará a cometer actos horribles para poseer lo que desea?

Cuando Gi-hun es contratado como secretario del presidente de Squid Corporation, su mundo se pone de cabeza al enamorarse de su jefe. Sin embargo, este ni siquiera lo voltea a ver si no es para asuntos de la empresa, por lo que Gi-hun comienza a idear un plan para conquistar a su jefe. 📍 Universo alternativo (no existen los juegos). 📍 LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN.

In-Ho es director de orquesta, de alma fría. Y Gi-Hun un hombre de sonrisa radiante, pero con un pasado oscuro. In-Ho y Gi-Hun no podrían ser más diferentes, pero una melodía compartida cambiará todo. Entre secretos, heridas y deseo, ¿puede el amor florecer en medio de las sombras? AU Gi-Hun y In-Ho, donde la música es la pieza principal para caer rendidos el uno por el otro, pero donde los secretos tendrán que revelarse para permitir que el amor florezca. ¡OMEGAVERSE! Contenido +18 Por supuesto, los personajes no me pertenecen. [Squid game fanfic]

Relatos cortos. Son capítulos individuales, en diferentes contextos que pueden ser tanto dentro de los juegos como en algún mundo paralelo. Estos es porn* con trama. Lean bajo su propio riegos. ¡Versatilidad!

𝙒𝙝𝙖𝙩 𝙞𝙛... 2024, Seong Gi-hun. Las noches de la celda eran frías, todo se sentia oscuro y vacío en su vida. ¿Por que todo le salía mal? Las apuestas y el alcohol lo dominaban. Era un maldito adicto y no sabía como salir. El dinero escaseaba, el divorcio pesaba, y su hija lo odiaba. Todo era malo. Nadie lo entendía. Exepcto una persona. Ese policía, el mismo que siempre lo arrestaba y regañaba. Era el único que se preocupaba por él y le daba apoyo. A pesar de que su propio mundo estaba destruido, Hwang In-ho siempre estaba para él. Aclaraciones! Basado las temporada 2 y 3 de squid game, con varios cambios. Contenido homosexual. Seong Gi-hun x Hwang In-ho. 456 x 132. Gi-hun no participó en los juegos del 2020. Inicio: 10/07/2025 Final: 28/10/2025

Tras un escándalo que sacude a los medios y a su vida personal, Lee Byung Hun se ve obligado a rehacerlo todo desde cero. El divorcio con Lee Min Jung no solo pone fin a un matrimonio, también a la imagen impecable que había construido durante años. Sin saber a quién recurrir, llama a la única persona que nunca le ha fallado: Lee Jung Jae. Viejos amigos, antiguos colegas, hombres que han compartido más de lo que el mundo imagina. Mientras intenta reorganizar su vida, una inesperada oportunidad llama a la puerta: protagonizar un nuevo K-Drama... junto a Jung Jae. Lo que parece ser solo una coincidencia profesional pronto se convierte en algo mucho más complejo. Entre luces de set, diálogos escritos y momentos que parecen sacados de otro tiempo, los dos actores descubrirán que algunas historias no se actúan... se viven.