La Chica del Alma Rota
Ella estaba un poco Rota, pero no era su culpa, le habían destrozado el corazón y Rota, seguía sonriendo. El alma no se le rompió de la noche a la mañana, se le rompió un poco cada día, con una vida dura, un mal de amor, y poco a poco esas pequeñas grietas hicieron heridas profundas imposibles de suturar. Ella aprendi...