Lecciones de vida: A veces los vagos de permanente tienen que madurar.
Gintoki tenia su vida resuelta, una sin preocupaciones ni responsabilidades, era dueño de su propio trabajo, sus ingresos no era muchos, pero le bastaban para vivir bien y comprar leche de fresas,todo parecía perfecto hasta esa mañana cuando alguien toco su puerta y su vida dio un giro de 360 grados.