narusasupiola
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En su mundo, los omegas nacían para pertenecer.
Para complacer.
Para esperar a su alfa predestinad@ y guardar su Aroma puro hasta entonces.
Todos aceptaban ese destino...
menos Lucy Heartfilia.
Su Aroma despertó a los quince como el de cualquier omega: dulce, único, destinado a un solo alfa.
Pero Lucy jamás quiso ser propiedad de nadie, ni que su primera vez fuera un acto de "posesión".
Por eso, a los dieciséis, empezó a acostarse con alfas y betas libres.
Porque quería elegir ella.
Porque su cuerpo era suyo.
Porque no creía en vínculos impuestos ni en destinos escritos.
Nunca se guardó para nadie, y nunca se arrepintió.
Ahora, con dieciocho años, sigue sin alfa, sin marca y sin intención de buscar una.
Muchos la critican.
Otros la desean.
Pero nadie entiende que Lucy no quiere ser salvada ni reclamada.
Quiere vivir libre.
Aunque su Aroma -su dulce Aroma- sigue allí.
Distinto.
No puro, pero fuerte.
Suyo.
Y aunque Lucy no lo sabe, ese mismo Aroma acaba de llegar a los sentidos del alfa
Un alfa que, al olerla, simplemente pensó:
-Es ella.
Y así, sin permiso y sin plan, el destino empezó a moverse.