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𝕯𝖊́𝖏𝖆𝖙𝖊 𝖖𝖚𝖊𝖗𝖊𝖗
✶ ⌞ Nadie te avisa cuándo algo está por terminar.
A veces los días parecen tan normales que jurarías que nada puede romperlos. El sol sigue saliendo, los mismos rostros cruzan la calle, las bicicletas chirrían al pasar... y sin embargo, algo cambia, aunque no se note todavía.
A Robin Arellano lo conocí un martes cualquiera, con el aire oliendo a tierra mojada y una pelea terminando en la esquina. Todos decían que era el tipo de chico al que era mejor no acercarse, que no hablaba mucho, que siempre tenía los nudillos heridos. Pero yo lo vi distinto.
Había tristeza en sus ojos, una tristeza tan callada que casi pedía ser entendida.
No sabía que esos meses serían los últimos.
Ni que, entre risas, silencios y tardes que parecían eternas, iba a aprender lo que significa realmente 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙧𝙨𝙚 𝙦𝙪𝙚𝙧𝙚𝙧. ⌝