Baekhyun es un omega genial, o eso dicen su mamá (y todo el campus realmente), pero tiene dos problemas: 1. Le gustan los alfas que no salen con chicos. 2. ⁠Está enamorado de Park Chanyeol, el Alfa mas omegafobico de todos. Sí, es un bizcocho y sí, es el más dulce, pero no deja de decirle que es como su hermanito al que debe proteger ¡maldito alfa!

Chanyeol sabe que tiene que casarse. Al mundo en que vive no le importa si enviudó hace solo tres años, el gobierno quiere matrimonios e hijos para suplir la baja natalidad. Por ello, con el fin de tener una vida tranquila y digna busca entre los omegas menos favorecidos para encontrar una pareja que entienda su problema, claramente no esperaba encontrar ahí al nuevo amor de vida y quien le enseñó a ver el mundo con color nuevamente. Pero ambos se complementan tan bien que iniciar una familia con BaekHyun fue tan fácil que parece mentira. Aún así a veces los fantasmas del pasado de ambos los persiguen, tratando de arruinar su felicidad.

Baekhyun escribe cosas, toda clase de ellas y es bueno con eso, puede hacer desde un ensayo, hasta una carta de confesión. Todo parece estar bien de esa manera, no necesita más, recibe sus pagos y vive cómodamente en la anonimidad, pero todo se complica cuando, Park Chanyeol, el jugador estrella del equipo de fútbol americano, le pide que escriba una carta para la chica que le gusta, irónicamente, las cosas terminaron de una manera que ninguno de los dos esperaba.

En medio de la estática del televisor se arrastra un ser que busca atormentar a los desgraciados que reproducen su video. Un ser que repta por la pantalla y entra a tu casa. Pero las últimas personas que ven su video son todo menos víctimas.

En una ciudad que no recordaba, lleno de gente que no conocía, Chanyeol va en busca de una colega desaparecida, pero en el camino se encuentra con mucho más. Resto de un pasado olvidado y ente que parece conocerlo de toda la vida. Quizás todo eso que dejó atrás en su memoria era su forma de protegerse, pero ahora que debe enfrentarse a ello no está tan seguro de querer hacerlo. Porque en medio de los archivos ocultos hay mucho más de los que esperaba.

Yeol es un agente inmobiliario acostumbrado a la buena vida. Le gusta su té chai en las mañanas y ver hombres guapos en el gimnasio, pero todo esto se ve alterado cuando lo mandan a un pueblito recóndito a conseguir unos terrenos ganaderos a cómo de lugar y con el fin de alcanzar sus ambiciosos estándares está dispuesto a todo. Incluso a conquistar al vaquero más guapo del pueblo y el más gay, pero quizás sea él el embaucado. Después de todo Baek siempre se hace querer.

Chanyeol se considera a si mismo el soltero más respetado de su comunidad, algo así como un señor Darcy moderno, por eso no puede entender cómo sigue soltero. Baekhyun piensa algo relativamente parecido y es que CY es el único que lo mira más a los ojos que a su escote y que usa un traje italiano. Lastimosamente ninguno sabe cómo acercarse sin verse demasiado raro, ya que le incómodas del rechazo podría ser mucho peor si estás obligado a verlo como vecino cada día.

Seongma, Seong, Ma, Seongma, un nombre que sonaba raro en la lengua de Chanyeol, el nombre de aquella raza maldita que acechaba en las sombras y que comía hasta los huesos. La raza que debía determinar. Aquellos con cuernos y cabello blanco, bellos cuerpos e irresistibles, que usaban sus hipnosis para devorar a los incautos. O eso pensó hasta que se encontró con Baekhyun, un bello Seongma exiliado que le enseñó que hay más humanidad en criaturas que ni son humanas.

Chanyeol tiene mala fama en la universidad donde asiste Baekhyun, de arrogante y maldito, nadie lo llama de otra manera, pero hay un par de rumores alrededor de su persona, rimores que dicen, que si necesitas ayuda con algo, a cambio de ciertas cosas, el profesor Park, podría ayudarte. Que suerte la de Baekhyun, que justamente necesita algo.

Chanyeol sabe que debía acabar con él en un instante, no perder más tiempo y simplemente deshacerse de él en cuanto pueda, pero aquellos ojos negros no se lo permiten. Y si bien nunca se había sentido incompleto, ahora sentía que no podía dejar ir a su mayor enemigo. Aquello lo envolvió en una red de mentiras y omisiones. Quizás sea demasiado tarde para decirle la verdad a Baekhyun, después de todo ya tienen cinco hijos.