Se dice que todos tenemos un punto determinado, donde el ojo humano pierde la visión. Lo sorprendente es que no somos consiente de ello. Esto se denomina "punto ciego". En Beverly Hills existe un centro nocturno llamado del mismo modo. En Punto Ciego puedes saciar tus más bajos instintos sin temor a quedar expuesto a las miradas indiscretas, ya que solo se puede ingresar con antifaces que resguarden tu identidad. Punto Ciego puede ser considerado un antro de perdición, pero irónicamente, es el escenario de una bella historia de amor. Sumérgete en una historia sugerente y apasionada, en la que no faltarán la pasión y el deseo, así como las lágrimas y desencantos. Una historia que nos muestra que el amor no es para cualquiera. El amor es solo para valientes. Acompaña a los protagonistas en la búsqueda de su alma gemela, del amor verdadero, ese que solo es para Elegidos. La Casa de los Placeres te hará transitar por todas las emociones que tienen que ver con el amor. Y bien sabemos que cuando de amor se trata, todo puede suceder. ¿Estás listo para el amor? ¿O solo deseas un encuentro casual y placentero? Sea cual fuera tu respuesta, La Casa De Los Placeres te dará lo que estas buscando. Solo tienes que dejarte llevar. OBRA REGISTRADA: ©1601206298124

Cuando termines de leer este relato lo único que querrás hacer después es quedarte un buen número de horas acostado pensando en la hermosa historia de amor que nuestros protagonistas te van a mostrar. En la actualidad resulta cada vez más difícil entregar nuestro corazón sin salir lastimado, pero justo cuando creemos que todo es perfecto, que por fin hemos encontrado a la persona largamente anhelada y que ésta nos corresponde, sobreviene la súbita pérdida, el adiós que no veíamos venir. Déjate acariciar el corazón porque la eternidad no es suficiente para el amor.

¿Cómo es que una palabra tan corta puede dejar a cualquiera sin respiración? Siempre fui un chico que huía del amor típico de corazones rojos y flores por doquier, hasta que lo vi por primera vez en aquel vagón del metro y me perdí en el verde de sus ojos. Las manos no me dejan de sudar y, por alguna extraña razón, quiero sonreír. ¿Es así como se siente? Qué ridículo soy al creer que eso del amor a primera vista existe. Y es que dicen que, a lo largo de nuestra vida, estamos destinados a encontrar a una misma persona tres o cuatro veces. Sin embargo, toma cientos de reencarnaciones el poder compartir para siempre la misma almohada. ¿Será él esa persona? Pero ni siquiera sé si está sintiendo lo mismo que yo. Ni siquiera estoy seguro de que lo que estoy sintiendo sea amor. Tal vez si pudiera escuchar el timbre de su voz, si supiera cuál es su nombre o si mis manos pudieran reconocer su piel, todas mis dudas se disiparían. Tengo miedo y no es del amor. Tengo miedo de ser rechazado por la persona de la que me enamoré a primera vista.