Dicen que nadie puede amar a un monstruo. Que la carne cosida no siente, que los ojos robados no lloran y que un corazón hecho de retazos no puede latir por amor. Pero yo lo vi. Lo vi temblar ante la luz, esconderse del odio, buscar con torpeza el calor que jamás conoció. Lo vi romper su propia soledad con un gesto torpe, con una mirada que no pedía perdón, sino comprensión. Nunca fue él quien me asustó. Fue el mundo. El mundo que lo creó para luego odiarlo. El mismo que me señaló a mí por amarlo. Porque sí, me enamoré de la bestia. Del hombre que no nació, sino que fue inventado. Del alma que no pidió existir, pero que aprendió a sentir. Y aunque la historia diga que él era un error... para mí, fue lo único verdaderamente humano que conocí.

❝ Su mirada no pedía amor, solo un testimonio. Alguien que viera en él algo más que el horror. ❞ "Víctor Frankenstein solo creó dos obras en su vida: a él, de carne y cadáveres; y a mí, de su propia sangre y orgullo. Y ambas éramos sus monstruos." (Frankenstein 2025) Monster romance ⚠️

En una mansión donde el tiempo parece pudrirse entre los retratos, Everlyn, esposa de un pintor célebre pero ausente, empieza a soñar con un hombre que no pertenece al mundo de los vivos. Lo ve entre sombras y relámpagos, con las manos manchadas de creación y locura; un alma desesperada por darle vida a algo que no debería respirar. Sin saberlo, Everlyn está conectada con la tragedia de Víctor Frankenstein, y con la criatura que él desafió al crear. Cada noche, los sueños se vuelven más reales: un suspiro en su oído, una silueta al borde de su cama, una voz que parece recordarla. Él, el ser condenado a vagar entre tumbas y tormentas, comienza a buscarla. Ella, perdida entre el arte y la obsesión, empieza a desear lo imposible: amar aquello que jamás debió existir.