"El prefacio de este clan emblemático, nace del destino, la casualidad jamás ha existido, la duda es una debilidad, la coincidencia no existe y las opciones son una mentira." Desde el nacimiento de cada miembro de dicho clan, existía el concepto deber junto al temple que se requería para ser digno del mismo.

Rock Lee, Tenten y Neji se ven envueltos en una curiosa discusión entrenando a las afueras del clan Hyūga, y su día parecería normal, si no fuese porque ahora debían enseñarle a las hermanas Hyūga a tener talentos ajenos a las artes marciales.

Konohamaru odiaba las distracciones, para él, el romance y las chicas eran eso, se rie de su tío y otros jonins atontados, confiado porque él creía firmemente que estaba casado con su sueño de convertirse en Hokage, es una lástima que cada vez que se encuentra con Hanabi se pone raro y pierde la concentración, ¡No es lo que piensas! ¡Es porque la detesta! sólo eso... ¿verdad?

Kurenai era percibida como una buena kunoichi por su aldea, y trataba de que todo siempre quedara en el margen de un orden. Para ella, ya era difícil lidiar con un noviazgo, vivir en el mundo en el que estaban (o más bien, sobrevivir) ahora, aparte de eso, recibía complicaciones de todo tipo gracias a una que un miembro de su equipo parecía inconforme con su relación.