En un mundo donde las reglas de los dioses son estrictas, Hachi trata de demostrar que estás reglas no deberían de ser estrictas, y Shen trata de dejar claro que su odio por los humanos no ha cambiado. ¿Será que sus puntos de vista pueden cambiar? La portada no es mía, derechos a su respectivo creador.

Todo comenzó con un simple mensaje. Isabella y Anya jamás imaginaron que una conversación trivial en internet se convertiría en un abismo del que no podrían escapar. No hay caricias, no hay miradas furtivas, solo palabras flotando en la distancia... y un sentimiento que ninguna de las dos se atreve a nombrar. No es real. No puede serlo. Anya lo tiene claro: los amores virtuales son juegos del destino que se desvanecen con el tiempo. Isabella, en cambio, siente que lo que hay entre ellas es diferente, demasiado fuerte para ser ignorado. Entonces, deciden alejarse. Enterrar lo que nunca debió empezar. Fingir que nada de esto significó algo. Pero hay conexiones que no pueden romperse. Hay historias que no aceptan un punto final. Y hay amores que, sin importar la distancia, están destinados a encontrarse... aunque eso signifique desafiarlo todo.

¿Desean ser el héroe o ser el villano? Una profecía eligió por mí, una que nunca creí que fuera verdadera. Habitamos en un mundo lleno de magia y seres sacados de cuentos, y en cada reino descansa un poder antiguo. Un poder que puede ser la única esperanza para salvarnos o destruirnos. Ahora tengo que cumplir mi destino. Para cumplirlo debo traicionarlo todo, y a una persona en particular, mi primer y único amigo.