Anne sabía que ilusionarse con besos y palabras bonitas no era una buena idea, ella estaba consciente de Sasha bromeaba así con todas sus amigas, pero aún así, siempre caía ante los encantos de su mejor amiga. Bromeaba así con todas, incluso con ella... Con todas a excepción de Marcy. Pues la rubia siempre se ponía nerviosa cuando la pelinegra aparecía a su alrededor, y una sonrisa aparecía en sus labios inevitabilmente. Anne sabía que a Sasha le gustaba Marcy, pero aún así siguió la tonta esperanza de que sus sentimientos serían correspondidos. Y para su desgracia, verlas besarse en la fiesta de disfraces organizada por la rubia causó un revoltijo y una sensación de decepción en su estómago. Corrió fuera de la casa, intentado contener las lágrimas y las ganas de vomitar, pero se detuvo en medio del camino. Llevó sus manos a su boca intentando no vomitar, pero fue imposible contenerlo. Los pétalos cayeron de su boca y danzaron en el aire junto a la sangre y los trozos rotos de su corazón. Todos conocían lo que eso significaba. [🌼]

Anne había escuchado tantas veces a cerca del amor, pero nunca creyó que lo podría encontrar. Nunca se imaginó que lo encontraría en forma de una hermosa rubia de ojos azules. El azúl se convirtió en su color favorito sin dificultad. Solo bastó un par de veces observando a aquella rubia de apellido reconocido en sus prácticas como porrista para que la castaña se diera cuenta de que Sasha Waybright era la mujer de sus sueños. Era simplemente perfecta. O eso era lo que parecía ante sus ojos. Nadie conocía verdaderamente a Sasha y tristemente, Anne nunca podría hacerlo, la rubia era completamente inalcanzable. Anne siempre vivió pensando que no podía intercambiar ni una sola palabra con Sasha, hasta que la rubia comenzó a rodearla diariamente mientras le mostraba sonrisas inocentes y tan preciosas como ella misma. Anne estaba perdidamente enamorada, y Sasha no tardaría mucho en hacer lo mismo. [🌈]