reazurah
Perla mi alma sitibunda
con tus algentes lágrimas moribundas,
que calmen la desmedida procela
que agita mi corazón y lo parcela.
De tu salado ser necesito,
aunque puede sonar atrevido,
a tus dulces labios invito
para que besen mi cuerpo herido.
Hazlo tuyo si es requerido,
pero hazlo sentir querido
y no lo dejes morir
por intenso fervor.
Y deja que mi alma
siempre te acompañe,
afligida acompañante,
que por mucho que uno la dañe,
siempre permanecerá
junto a su amante.